La educación como preparación para la vida laboral

La educación va sobre cultivar la competencia y la disposición. Es lo que hacemos para que los niños puedan tener éxito en el mundo en el que van a vivir.

La educación como preparación para la vida laboral

El siguiente artículo ha sido escrito originalmente para WISE ed.review. Para leer el artículo original en inglés, haga clic aquí. Sigue la actualidad de WISE en @WISE_es.

guyCargo: Profesor Emérito de Ciencias del Aprendizaje de la Universidad de Winchester; Profesor visitante de Educación, Kings College de Londres

 

Ya no podemos asumir que «estar trabajando» es lo mismo que «estar empleado» (i.e.»tener un trabajo»). A medida que el mundo está más conectado, las empresas crecen pero también lo hacen las oportunidades que surgen a pequeña escala, nicho y empresas por cuenta propia. Muchas personas que no tienen «trabajos» a la antigua usanza dan sentido a los nuevos contratos online. Sitios web como www.elance.com intermedian entre las personas que necesitan el desarrollo de una tarea y los qué saben cómo ejecutarla. Elance tiene nueve millones de trabajadores autónomos y cuatro millones de clientes en sus registros. Actualmente está teniendo un valor de negocio de mil millones de dólares al año… y cada vez es mayor.

La educación va sobre cultivar la competencia y la disposición. Es lo que hacemos para que los niños puedan tener éxito en el mundo en el que van a vivir. Les enseñamos a hacer y amar a hacer las cosas que les ayuden a prosperar. Especialmente cuando no podemos saber cómo decenas de millones de niños se van a ganar la vida, dichas competencias y disposiciones tienen que ser amplias y genéricas. La lectura es, obviamente, una de esas disposiciones. Es el derecho de todo niño a ser enseñado a leer y a desarrollar un amor por la lectura, por ejemplo. La inclinación a leer es, de acuerdo con las pruebas PISA, un predictor de éxito más potente en la vida que la mera capacidad de leer. Abre tus ojos a las posibilidades: nuevas formas de ganarse la vida, por ejemplo. Sin embargo, el amor por la lectura es aniquilado, para muchos niños, por una educación equivocada.

Pero la lectura es sólo una de estas disposiciones clave. He aquí algunas otras.

La disposición de ser tu propio maestro: para diseñar actividades y experiencias de aprendizaje por ti mismo, ya sea solo o en colaboración. Los jóvenes no van a estar acompañados por profesores amables y experimentados por el resto de sus días; tendrán que convertirse en expertos sobre ¿Cuál será la mejor manera de adquirir los conocimientos y habilidades que voy a necesitar?» Es algo que no puedes saber si tu aprendizaje ha sido diseñado siempre por tus profesores.

La capacidad de improvisar: cuando tus expectativas no se cumplen y se requieren diferentes respuestas. En el mundo del mañana, los que aprenden serán mucho más demandados que los que saben. Pero la educación tradicional no construye la capacidad de hacer frente a lo inesperado. Trata de llenar a los jóvenes con actuaciones bien ensayadas de entendimiento – que no es, en absoluto, lo mismo. Y esas actuaciones tienden a limitarse a las disciplinas individuales, mientras que los mundos reales, tanto del trabajo como del juego, no respetan los límites entre «asignaturas».

La capacidad de administrar tu atención. Aprender a prestar atención a las cosas que consideras que valen la pena (a menudo difíciles) en lugar de estar a merced de cada anuncio, aviso intermitente, tweet o correo electrónico que se presente es, para muchos, uno de los grandes desafíos para la educación del siglo 21. La concentración y el discernimiento son músculos mentales que crecen más fuerte con el ejercicio. Pero ese crecimiento no va a suceder en un aula donde todo es maravillosamente tranquilo y ordenado. Sin embargo, la capacidad de concentración es crucial para «hacer el trabajo», ya sea en el empleo, en el trabajo por cuenta propia o para la satisfacción personal de cada uno.

¿Qué pasa con el escepticismo: la disposición a someter las afirmaciones de conocimiento, especialmente las escritas y autoritarias, al escrutinio crítico? Muchos profesores están preocupados de que sus estudiantes están demasiado dispuestos a creer todo lo que leen en Internet. Sin embargo, sin darse cuenta, han estado formando a sus alumnos en una actitud de la credulidad al tratar los libros de texto como si estuvieran fuera de toda duda. Los estudiantes pueden obtener un sobresaliente en los exámenes, pero no han desarrollado esta disposición a cuestionar. Sin embargo, un pensamiento que cuestiona es la piedra fundamental de la creatividad y la innovación, y son éstas las que los empleadores dicen que buscan, pero con demasiada frecuencia no encuentran, en los solicitantes a los puestos de trabajo.

Aquí hay cinco disposiciones que son cruciales para la vida, el trabajo y el juego en el siglo 21: el amor por la lectura; la inclinación a diseñar su propio aprendizaje; la capacidad de improvisar; la fuerza para controlar la atención; y la disposición a cuestionar las afirmaciones de conocimiento. Cualquier sistema de educación, no importa lo bien que se incorporen en las comparaciones internacionales, será una mala educación si ahoga y no nutre tales disposiciones.

Guy Claxton es profesor de Educación en el Kings College de Londres. Él es el autor de What´s the Point of School? (¿Qué sentido tiene la escuela?), Intelligence in the Flesh (La teoría sobre la inteligencia) y, con Bill Lucas, Educating Ruby: What Our Children Really Need to Learn (Educar a Ruby: lo que nuestros hijos realmente necesitan aprender)

Fue ponente en la Cumbre WISE 2014: Tema – ¿La evaluación mata la creatividad?

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