Decodificando: «Todos deberíamos aprender código»

"Se hace difícil argumentar en contra de lo que algunos denominan «nueva alfabetización», ¿cómo podría alguien oponerse a la alfabetización? No obstante, la pregunta es: ¿Qué queremos decir exactamente al repetir este mantra? «Todos deberíamos aprender a codificar»"

Decodificando: «Todos deberíamos aprender código»

El siguiente artículo ha sido escrito originalmente para WISE ed.review. Para leer el artículo original en inglés, haga clic aquí. Sigue la actualidad de WISE en @WISE_es.

Este artículo es parte de una serie desarrollada alrededor del siguiente tema de debate: ¿Todos deberíamos aprender código? (parte 1 de 4).

Audrey_Watters

 

Ms Audrey Watters
Periodista

 

 

«Todos deberíamos aprender a codificar». Durante los últimos años, esta frase se ha convertido en un eslogan popular, invocado por las empresas y organizaciones partidarias del «aprender a codificar» , interesadas, no cabe duda, en hacer crecer el negocio. Se trata de un eslogan que llega con ciertas prisas, coincidiendo con un relato sobre la presunta falta de programadores y otros «trabajadores cualificados» en los campos STEM. De un modo más amplio (y tal vez menos cínico), el eslogan se ha dirigido a abordar las demandas cambiantes de un mundo cada vez más informatizado – en el trabajo, en la escuela, en el ocio y en nuestras vidas tanto profesionales como personales – . «Todos deberíamos aprender a codificar». Suena en boca de políticos, atletas, empresarios, educadores e ingenieros por igual.

Se hace difícil argumentar en contra de lo que algunos denominan «nueva alfabetización», ¿cómo podría alguien oponerse a la alfabetización? No obstante, la pregunta es: ¿Qué queremos decir exactamente al repetir este mantra? «Todos deberíamos aprender a codificar».

Si nos centramos en «todos», no hay duda de que el pronombre tiene mucho sentido. Todos (cada vez más, casi todos), somos consumidores de tecnologías informáticas, por lo que todos deberíamos tener la oportunidad de aprender a ser creadores también de dicha tecnología. Además, centrándonos nuevamente en «todos», la palabra es especialmente importante si nos fijamos en la deplorable falta de diversidad de que adolece el sector tecnológico. Las mujeres consiguen menos del 20% de las titulaciones en ciencias informáticas en los Estados Unidos, por ejemplo. Ellas representan aproximadamente el 20% del personal empleado en el sector del software. Negros y latinos obtienen menos del 10% de los títulos en la misma disciplina, y representan aproximadamente el 5% del personal empleado en el sector del software.

La tecnología informática debería poder utilizarse por «todos», pero, en las circunstancias actuales, solo se elabora por una proporción muy reducida de la población. La misma población que da forma a aquello que diseña. Y que además interpreta, no solo los problemas que deben abordarse, sino también la manera de afrontarlos.

Para ofrecer a «todos» acceso a la educación técnica es necesario empezar antes (esto es, antes de la formación universitaria) y ofrecer apoyo explícito a las chicas y a los jóvenes infrarrepresentados en estas áreas.

Pero es justamente aquí donde el «deberíamos aprender» que también forma parte del eslogan empieza a ser engañoso. ¿Significa «deberíamos» que el aprendizaje es obligatorio?, ¿debe «aprender a codificar» se convierte en una exigencia para los centros escolares? Si es así, ¿cómo lo metemos en un currículo ya sobrecargado?

¿Y cuál debería ser dicho currículo? Es decir, ¿a qué nos referimos con la expresión «aprender código»? ¿Qué queremos decir con «codificar»?

¿Significa «programar»? Por una parte resulta fácil ver con qué facilidad pueden intercambiarse ambos términos. Después de todo, el lenguaje informático está escrito en código. Por otra parte, sin embargo, también es evidente que dichos términos podrían no ser equivalentes. «Código» tiene otros significados. Puede significar escritura abreviada en el lenguaje humano para conseguir brevedad u opacidad. «Código» puede significar simplemente lenguaje humano transformado. El término «código» no basta para describir el «lenguaje» de los ordenadores.

Para comprender cómo funcionan los ordenadores no hay suficiente con conocer el «código». No se trata, pues, de comprender el alfabeto de un lenguaje informático en particular o conocer un par de palabras de mando (órdenes). Para comprender el funcionamiento del ordenador, incluidos hardware, software y redes, hace falta algo más que un acto de traducción del lenguaje humano al lenguaje informático. Se trata también de comprender la sintaxis de dicho lenguaje. Comprender la lógica. Comprender el programa: la serie de instrucciones con las que se indica a un ordenador qué debe hacer y cómo debe hacerlo.

Los lenguajes de programación son muchos, muchos. Y cuando decimos «todos debemos aprender a codificar» normalmente queremos decir que se debería enseñar solo uno de dichos lenguajes. Java. Javascript. C++. C#. Ruby. Ruby on Rails. Python. PHP. Perl. u otros. Pero estos no son análogos a los lenguajes humanos. Funcionan de un modo bastante diferente, y apuntar que aprender un lenguaje de programación es lo mismo que aprender una lengua extranjera es desviarse de lo que es más importante.

Una forma de pensar con más amplitud que estableciendo tales analogías, de superar el simplismo de la frase «aprender a codificar» (lo que creo que deberíamos hacer), es centrarnos en el pensamiento computacional y no en el «aprender a codificar». Es decir, que deberíamos ayudar a los estudiantes a comprender los conceptos que constituyen los cimientos de la ciencia informática: no simplemente el código. El pensamiento. La resolución de problemas.

Tal como escribe Tasneem Raja en un artículo reciente de Mother Jones sobre «aprender a codificar», la forma actual de impartir las ciencias informáticas en los institutos tiende a abocar a los estudiantes al extremo profundo de la programación, y refuerza en ellos la noción de que el codificar es sólo cosa de codificadores, totalmente ajena a los artistas, a los doctores o a los bibliotecarios. Pero tenemos buenas noticias: En investigación se han experimentado nuevas formas de enseñar ciencias informáticas, con resultados muy interesantes. Por una parte, se ha visto que dominando el pensamiento computacional, en lugar de dominar simplemente el código, y ayudando a que los estudiantes imaginen cómo el dominio en informática puede ayudarles en cualquier profesión, contribuirá a incrementar el número de chicas y de jóvenes de color que se animen y emprendan los estudios informáticos. Aplicando nuestras nociones sobre lo que significa interactuar con ordenadores, podríamos ayudar a democratizar el mayor motor de creación de riqueza que ha existido desde la Revolución Industrial.

La nueva alfabetización, si es que existe – no estoy convencida de ello aunque hayamos reconocido en qué debe consistir exactamente esta alfabetización-, no reside necesariamente en el «código». Se halla en la lógica, los algoritmos, los datos, los sistemas, las redes, la resolución de problemas, la eliminación de errores, el pensamiento (inteligencia artificial e inteligencia humana) que las nuevas tecnologías informáticas exigen.

Y esto significa que lo que necesitamos ahora mismo es conseguir precisar cuáles pueden ser dichas demandas y cómo podemos traducirlas en oportunidades educativas que vayan más allá de la cosificación del «código» como panacea para nuestras deficiencias presentes y futuras en el campo de la ocupación.

Dicho en otras palabras: hagámoslo mejor que un simple eslogan mal redactado.

No defiendo aquí que «no todo el mundo deba aprender a codificar». Simplemente no puedo subirme a este tren, cuando no hay claridad sobre lo que se supone que «todos» deberíamos hacer.

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